¿Qué puedo hacer si mi hijo no quiere ir al colegio?

¿Qué puedo hacer si mi hijo no quiere ir al colegio?

Es necesario hallar el motivo por el que el niño no quiere acudir al centro escolar, ya que conocerlo será determinante en nuestra manera de actuar y, por tanto, de poner remedio a la situación

El colegio es un centro en el que, tanto niños como niñas, pasan gran parte del día, aprendiendo e interactuando unos con otros.

Para algunos puede ser una experiencia enriquecedora pero para otros puede convertirse en un lugar lleno de estresores, relativamente estables en el tiempo. Entre los más habituales, debemos destacar: las dificultades del aprendizaje y el acoso escolar. Dicho esto, daremos una serie de pautas a seguir en el caso de que nuestro hijo se niegue, repetidamente, a ir a clase:

  • Buscar el motivo: ¿por qué mi hijo no quiere ir al colegio? ¿Desde cuándo se da esta situación? ¿Ha habido algún cambio (mudanzas, malas calificaciones, cambio de grupo...)? Este punto es imprescindible porque de él dependerá nuestra actuación.
  • Fomentar una adecuada comunicación: si queremos que nuestro hijo tenga la confianza suficiente como para decirnos lo que le ocurre, es necesario que cultivemos una estrecha relación con él, basada en la comprensión. Es decir, en ningún caso, debemos restar importancia a lo que nos diga porque, de ser así, lo que conseguiremos es que el niño omita información al pensar que lo que nos pueda contar carecerá de valor para nosotros.
Bullying en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Hablar con el profesorado: cuando la negativa a ir al colegio es recurrente, lo mejor es acudir al centro y hablar con los profesores. Ellos nos podrán orientar acerca de la actitud del niño en relación al estudio y sus compañeros; y, además, nos podrán ayudar a poner remedio a la situación.
  • Motivar: debemos centrar su atención en los aspectos positivos que tiene el colegio (aprendizaje, amigos, vivencias agradables de otros años, eventos, etc.) y ponernos como modelo, trasmitiéndole seguridad. Por ejemplo: “A mí me costaban algunas asignaturas pero estudiando mucho conseguí aprobarlas” o, bien, “A veces los niños se portaban mal conmigo pero lo hablábamos con ellos, sus padres y los profesores y conseguíamos arreglarlo”.
  • Planificar: el niño debe contar con una organización diaria (horas de sueño, de estudio, de juego, etc.), que favorezca su adaptación al horario escolar y le proporcione cierto grado de responsabilidad. De lo contrario, es posible que el niño acuda cansado y/o desmotivado y, en consecuencia, se vea reflejado no sólo en sus calificaciones sino en su predisposición a asistir a clase.

 

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5 claves para ayudar a tu hijo a superar sus miedos

5 claves para ayudar a tu hijo a superar sus miedos

Escucharle, aceptar sus miedos, invitarle a la reflexión y exponerle progresivamente al objeto fóbico son algunas de las medidas que podemos tomar para ayudar a nuestro hijo a superar sus temores

El miedo es una emoción básica, que cumple una función adaptativa: garantizar nuestra supervivencia. Es por ello que, en los niños, que aún no conocen totalmente el entorno ni su funcionamiento, es común observar temor a cosas a las que los adultos no damos importancia como determinados ruidos o personajes ficticios. Miedos que, con el paso del tiempo y una correcta gestión, van desapareciendo.

No obstante, ¿qué podemos hacer como padres para ayudar a nuestro hijo a superar sus temores?

  • Aceptar sus miedos: en ningún caso es de utilidad avergonzarle o regañarle, dado que con ello lo único que conseguimos es que el niño se sienta mal por algo que “no está de su mano”.
  • Ayudarle a analizarlos: es fundamental que prestemos atención a sus temores y le ayudemos a reflexionar sobre ellos y el nivel de peligro real que tienen.
  • Exponerle gradualmente: no se trata de forzarle ni exponerle de inmediato al objeto fóbico sino de llevarlo a cabo de manera paulatina. De esta manera, el niño irá comprobando por sí mismo que no ocurre nada ante esas situaciones u objetos y, por tanto, estará dispuesto a un mayor acercamiento.
Miedos y fobias infantiles en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Evitar juegos o películas de miedo o violencia: este apartado cobra especial importancia, ya que los menores pueden hacer interpretaciones erróneas sobre ellos y no diferenciar la ficción de lo que no lo es, dando lugar a un miedo o al mantenimiento de uno ya existente. Por ello, es conveniente informarse o, bien, guiarse por la clasificación por edades a la hora de valorar si unos determinados juegos o películas son o no los más apropiados para nuestros hijos.
  • Ser un modelo: los padres son, por excelencia, las personas de referencia para los niños. Por esta razón, pueden exponerse a las situaciones o elementos objeto de fobia con el fin de que el pequeño compruebe que no sucede nada y, en consecuencia, verifique que es una situación o elemento al que no tiene porqué temer.

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¿Qué es el TDAH?

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El Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los trastornos con mayor prevalencia en la población infanto-juvenil pero...¿qué sabes de él?

Déficit de Atención e Hiperactividad en Paracuellos de Jarama y Miramadrid

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Día Internacional de la Discapacidad

Día Internacional de la Discapacidad 2018

En el Día Internacional de la Discapacidad 2018, nuestro equipo desea reivindicar el derecho de estas personas a ser tratadas como al resto.

Discapacidad

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¿Por qué son tan importantes nuestros pensamientos?

¿Por qué son tan importantes nuestros pensamientos?

Los pensamientos y expectativas, que tenemos sobre nosotros mismos, determinan nuestra manera de actuar e interfieren directamente tanto en nuestro autoconcepto como en nuestra autoestima

Con frecuencia, desde que somos muy pequeños, nos vemos envueltos en comentarios y expectativas de la mano de las personas de nuestro entorno sobre cómo seremos o qué haremos. Todos ellos relativos a gustos, forma de ser e, incluso, a nuestra carrera profesional.

A medida que vamos creciendo, esas creencias se fusionan con las propias y, en consecuencia, condicionan cada conducta o actitud a lo largo de nuestra vida, orientándonos a seleccionar y/o aceptar aquellas ideas acordes a lo que pensamos o se espera de nosotros. Dicho esto, podemos diferenciar entre dos conceptos que, aunque se relacionan entre sí, difieren en algunos aspectos:

  • Efecto Pigmalión: hace referencia a los pensamientos que podemos tener acerca de otra persona que, sin darnos cuenta, promueven que actúe como se espera de ella o, bien, asuma la creencia que se tiene sobre ella. Por ejemplo, si una madre considera torpe a su hijo y, constantemente, se lo hace saber directa o indirectamente, el niño terminará asumiendo esa condición y, por tanto, es de esperar que, entre otras cosas, deje de esmerarse en los estudios, argumentando que no tiene sentido esforzarse si es torpe. Por el contrario, si una madre piensa que su hijo es muy avispado, ese pensamiento se verá reflejado positivamente en la actitud del niño, ya que es posible que éste se encuentre más motivado al estudio al considerar que puede con ello sin dificultad.
Modificación de pensamiento en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Profecía autocumplida: alude a los pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos, que de manera similar al caso anterior, condicionan lo que hacemos y acaban confirmando nuestras creencias. Siguiendo con el ejemplo anterior, si un niño piensa que es torpe, hace un examen y suspende, una vez más, corroborará y reforzará su creencia. En contraposición, si un niño confía en que podrá desenvolverse sin dificultad en un examen, es más probable que obtenga una buena calificación.

Partiendo de lo expuesto con anterioridad, resulta fundamental tomar conciencia de la implicación que pueden tener los pensamientos y expectativas tanto en la propia conducta como en la de las personas que nos rodean. Del mismo modo, es necesario señalar la repercusión que tienen en el autoconcepto y autoestima, especialmente, en el caso de los niños y adolescentes, que resultan ser más permeables.

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¿Qué puedo hacer para que mi hijo obedezca?

¿Qué puedo hacer para que mi hijo obedezca?

Consensuar entre los padres la educación de los hijos, juzgar exclusivamente las actitudes y establecer límites y normas firmes son algunas de las recomendaciones para mejorar el comportamiento de los niños

Cada vez es más frecuente el término “niños tiranos” a la hora de referirnos a niños con problemas actitudinales. Se trata de niños que hacen y deshacen a su antojo aunque ello suponga desobedecer a sus padres. Para concretarlo detalladamente, explicaremos las características principales que los identifican:

  • Baja autoestima: son niños inseguros, que recubren su propia desconfianza con malas conductas.
  • Baja tolerancia a la frustración: tienen grandes dificultades para asimilar que no todo puede ser como ellos quieren. Por ello, ante una negativa, su reacción más frecuente es enfadarse, independientemente, de que estén o no en público.
  • Egocentrismo: consideran que el mundo gira entorno a ellos y que todo tiene que ser como ellos esperan que sea.
  • Escasa capacidad para resolver problemas: suelen contar con alguien que les soluciona todas aquellas dificultades que puedan tener por lo que, en general, no disponen de estrategias para desenvolverse correctamente en su día a día.
  • Nula empatía: no les importa hacer daño físico ni psicológico a los demás con sus comportamientos, si con ello consiguen lo que quieren.
  • Justificar sus conductas: raramente, reconocerán que son los responsables de lo que hacen. Es más, siempre procuran justificar sus acciones e, incluso, culpabilizan al resto.
  • Poner en duda los castigos de los padres: acusándolos de injustos y malos padres. Ello genera que sus progenitores se cuestionen los castigos elegidos con lo que, al final, tienden a ceder y, en consecuencia, una vez más los niños consiguen lo que desean.

Pero, ¿qué podemos hacer para cambiar esta situación y lograr una convivencia armónica entre los diferentes miembros de la familia?

  • Acordar entre los padres cómo será la educación del niño: este apartado resulta fundamental. Los padres tienen que llegar a un consenso sobre la educación de sus hijos y sobre cómo abordar las diferentes situaciones que se puedan presentar. De no ser así, los niños aprovecharán ese desajuste para conseguir lo que desean o lo que más les convenga.
  • Comunicar de manera asertiva: usando un tono de voz adecuado y promoviendo en los niños el turno de palabra. Con ello, dejamos de lado los gritos, insultos y reproches.
Problemas de conducta en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Establecer límites y normas firmes: evitando, en todo momento, modificarlos. Esto es, si decimos que algo determinado tiene una consecuencia, deberá tenerla. No podemos dejarlo en saco roto. Por ejemplo, si le hemos dicho que recoja sus juguetes y le amenazamos con que, si no lo hace, no podrá jugar con su preferido unos días, tenemos que mantenernos firmes y cumplirlo. Si no, ante esa situación, el niño sabrá perfectamente que, aunque haya una amenaza, nunca se cumple y, una vez más, terminará haciendo lo que quiere: no recoger los juguetes.
  • Fomentar la empatía: hacerles reflexionar sobre cómo pueden sentirse los demás ante determinadas situaciones y, en concreto, en relación a sus malas actitudes.
  • Juzgar únicamente su conducta: debemos reprochar sus actitudes, no a ellos globalmente como si se tratara de una característica estable de su persona. Es decir, si hace algo mal, debemos expresarle nuestro descontento con esa actitud, evitando hacer acusaciones sobre ellos. Por ejemplo, en vez de decirle “eres un malcriado”, podemos decirle “lo que hiciste no está bien”.
  • Promover el valor del esfuerzo: haciéndole comprender que si quiere algo, tiene que trabajar para poder conseguirlo.
  • Reforzar lo que hace bien: con ello les mostramos nuestra aprobación y orgullo, aumentando así su nivel de autoestima y reforzando esas conductas y actitudes positivas, que queremos promover.

Por último, indicar que es posible que no haya resultados inmediatos, si tenemos en cuenta que este modo de actuación está interiorizado por el niño. No obstante, no debemos tirar lo toalla. Tenemos que ser constantes y mantener nuestra postura para que el niño asuma, que las condiciones han cambiado. Además, si lo estimamos oportuno, podemos recurrir a un profesional que nos oriente sobre todo lo que podemos hacer para modificar adecuadamente estos problemas comportamentales.

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8 películas sobre psicología

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Con el frío, el mal tiempo y el fin de semana por delante, ¿qué mejor plan que "peli y manta"?  Por ello, les dejamos esta infografía con una selección de películas sobre psicología. ¿Añadirías alguna más?

Películas de psicología

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Día Mundial de la Salud Mental 2018

Día Mundial de la Salud Mental 2018

Este año el tema elegido para el Día Mundial de la Salud Mental a nivel global es "Jóvenes y Salud Mental en un mundo cambiante", escogido por votación popular de la mano de la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH). Es por ello que, en Amenara, hemos considerado exponer el panorama actual de la Salud Mental en la adolescencia, así como algunos factores de riesgo que debemos tener en cuenta durante esta etapa.

Salud Mental

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¿Cómo puedo mejorar la autoestima de mis hijos?

¿Cómo puedo mejorar la autoestima de mis hijos?

Establecer límites, evitar comparaciones, fomentar la autonomía, proporcionar amor incondicional y reforzar los puntos fuertes son pautas clave para el incremento de la autoestima en niños y adolescentes

Todos como madres y padres deseamos lo mejor para nuestros hijos y, por tanto, nos esforzamos por ofrecerles lo mejor. Sin embargo, en muchas ocasiones nos dejamos llevar por la sobreprotección o, bien, por la impulsividad o el desconocimiento, castigando a la persona en vez de al comportamiento y repercutiendo así, negativamente, en la autoestima del niño. Es por ello que, a continuación, pretendemos ofrecer una serie de pautas, que les ayudarán a potenciar el bienestar en ellos con el objetivo no de crear personas narcisistas sino personas que se quieran, se acepten tal y como son y confíen en su capacidad para asumir nuevos retos y adaptarse a los cambios.

  • Establece límites: es conveniente fijar unas reglas estables y coherentes, que proporcionen al niño seguridad. Esto es: si se establece como regla hacer la cama, por lo general, ésta deberá cumplirse. Para ello, es importante transmitirle que confiamos en que cumplirá con lo acordado.
  • Evita comparaciones: debemos aceptar a nuestro hijo como es, con sus defectos y virtudes por igual. Los comentarios del tipo “tu hermano a tu edad sacaba todo sobresaliente” o “ese amigo tuyo es mejor portero que tú”, no son nada constructivos y, por el contrario, cultivarán en él la frustración y reducirán, considerablemente, su sentimiento de valía.
Psicología para niños y adolescentes en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Fomenta su autonomía: resulta fundamental delegar responsabilidades a los niños acordes a su edad como, por ejemplo, recoger la mesa o sus juguetes. De esta manera, estamos haciendo saber a los niños que confiamos en ellos y en su capacidad de realizarlas correctamente.
  • Proporciona amor incondicional: hazle saber que le quieres y que tu aprecio es independiente a sus virtudes, defectos y comportamientos. Por ello, en una riña, es conveniente sustituir, por ejemplo, el “eres un niño malo” por “lo que hiciste no está bien”, de manera que reprochamos su comportamiento y no a él como persona.
  • Refuerza sus puntos fuertes: reconoce el mérito de lo que hace: del cumplimiento de tareas, de las buenas calificaciones, del buen comportamiento, etc. Con ello, damos a entender que estamos orgullos de él, generando así un incremento de su autoestima y un refuerzo de esas acciones y/o actitudes.

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