¿Qué podemos hacer para mantener el cerebro en forma?

¿Qué podemos hacer para mantener el cerebro en forma?

Las actividades de ocio como leer, hacer crucigramas, sudokus o, incluso, aprender un idioma, fortalecen las funciones cognitivas como el lenguaje, la atención y la memoria

El envejecimiento es un proceso de cambio y adaptación a nuevas situaciones: el pelo se blanquea, salen arrugas, las orejas y nariz aumentan de tamaño, se pierde agilidad…y, cómo no iba a ser menos, el cerebro también vive transformaciones. Éstas pueden ser:

  • Saludables: originadas por la propia edad tales como la reducción del peso, el volumen o el metabolismo neuronal.
  • Patológicas: producidas por la presencia de una enfermedad de las llamadas demencias

Ahora bien: ¿qué podemos hacer para mantener saludable nuestro cerebro?

  • Buscar intereses: tras la jubilación, por ejemplo, es usual que muchas personas se pregunten qué hacer con el tiempo libre del que disponen y que, incluso, se resignen a dejar pasar las horas y horas frente al televisor. Para evitarlo y mantenernos activos, es necesario establecer un listado de cosas que nos gustan o nos gustaría hacer o aprender.
  • Disfrutar del sueño: dormir es fundamental para el aprendizaje y la memoria. Por ello, es importante establecer un horario de sueño y evitar cualquier tipo de pantalla o dispositivo electrónico cuando nos vayamos a acostar, dado que la luz que emiten este tipo de aparatos activa la vigilia y reduce las hormonas que inducen el sueño.
Alzheimer en Paracuellos de Jarama y Miramadrid
  • Ejercitar la mente: es clave en la prevención de las demencias y se puede hacer de forma sencilla con actividades de ocio que impliquen: atención, memoria, lenguaje o razonamiento. Estas actividades podrían ser: sopas de letras, crucigramas, sudokus, lecturas o, incluso…¡el aprendizaje de un idioma!
  • Hacer ejercicio físico: tiene repercusiones en el funcionamiento cerebral. Más allá de incrementar la autoestima y reducir la sintomatología ansiosa y depresiva, promueve la aparición de una proteína (la neurotrofina), responsable de velar por las funciones y procesos cognitivos.
  • Mantener interacciones sociales: estimula nuestro cerebro ya que, en el curso de una conversación, se emplean, conjuntamente, las funciones cognitivas mencionadas con anterioridad. De manera simplificada, podemos decir que: para hablar necesitamos vocabulario y elaborar una frase coherente (lenguaje); para seguir una conversación, debemos estar concentrados (atención) y, además, recordar de qué nos hablan o qué queremos decir, rememorando acontecimientos, vivencias, etc. (memoria). Cabe señalar que, a pesar de ser, en apariencia, algo muy simple, implica un proceso cognitivo complejo.
  • Tener una alimentación saludable: en este apartado, la famosa frase “somos lo que comemos” cobra especial relevancia. Una dieta con cantidades moderadas y rica en cereales, frutas, verduras y legumbres, así como pescados y aceite de oliva, es gasolina para nuestro cerebro.

 

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