Solemos asociar la depresión al llanto pero lo cierto es que muchas veces aparece enmascarada con el malhumor o con reacciones desproporcionadas ante eventos

La tristeza es una emoción básica natural que, a menudo, supone una respuesta frente a frustraciones, pérdidas o situaciones complicadas.  Es por ello que, a pesar de la clásica connotación negativa que le solemos dar, no lo es en sí misma, ya que cumple una función adaptativa. Nos ayuda a procesar aquello que nos duele y nos hace sentir mal como, por ejemplo, la pérdida de un ser querido, una relación o un suspenso.

Sin embargo, cuando esta emoción se mantiene en el tiempo, interfiere en nuestro día a día y no tiene una explicación aparente, podríamos hablar de algo más profundo y es entonces cuando podríamos empezar a hablar de la temida depresión.

A continuación, veremos algunos signos de alarma que no deberíamos ignorar y que podrían ser indicativos de una depresión.

• Cambios de apetito o peso: ¿comes mucho más que antes y, sobre todo, alimentos grasos y cargados de azúcares? ¿de repente, has dejado de tener la necesidad de comer? La depresión nos desconecta de nuestras necesidades físicas de manera que podemos dejar de sentir la necesidad de comer o, bien, sentir pereza para ponernos a cocinar.